¿Y ahora qué?

Hola Alice!

 En el momento que recibí tu mensaje estaba en un bus y el ruido ambiente del entorno no me permitía escucharte. Entonces decidí posponer la escucha para más adelante.

También pensé que cuando uno envía un mensaje de whatsapp con una o unas preguntas, siempre está implícita la expectativa de que la respuesta llegue pronto. Sin embargo, leí en la situación como si de palabras se tratara que si no podía escucharte era por que  mi cuerpo, cerebro y corazón no estaban en predisposición para darte algo: No era el momento.

Después de un rato llegué a casa y me dispuse a pasear a mi perra Kara sumergiéndome en el silencio de los campos cercanos sembrados de trigo. Influenciado por la alegría pura de Kara al correr y jugar disfrutando a tope de todo lo que la rodeaba ,sentí que era un buen momento para escuchar y reproduje tu mensaje.

“Buenos días Gustavo: ¿Qué tal estás? Espero que muy bien, quería comentarte que sigo en el movimiento después de la ultima sesión. Que durante la siguiente semana estuve física y emocionalmente decaída, como quien dice: en bajada y ahora poco a poco voy hacia arriba!

A pesar de que lo hablamos en la sesion acerca de esos patrones de conducta repetitivos que me caracterizaban, no fue hasta una semana después que realmente pude encajarlos o comprenderlos. Fue como un wau! Realmente me di cuenta que en muchas áreas de mi vida actuaba así!

Me di cuenta también que el foco en mi vida estaba puesto casi únicamente en ese suceso pasado y doloroso para mí. Y así me comporte en mi vida adulta durante tantos años. Ahora comprendo y agradezco que haya estado en mi vida pues algunas cosas debía aprender, pero también me doy cuenta que ya no me hace falta para seguir. Esta repetición de patrón, actitud y decisiones resultantes ya no me sirven.

También pienso en que si este patrón desparece no tendré un guion que seguir. Y me digo:- Y ahora como te vas a comportar?

Estoy en ese punto…

Estoy aburrida de repetir decisiones, pero a la vez miro hacia adelante y me pregunto

  • Y ahora que?

Por eso te escribo este mensaje”

Espero que estas palabras puedan arrojar algo de luz a tus preguntas…

El tiempo

 Al escuchar tu mensaje reflexioné sobre el hecho de que cuando alguien acude a mis sesiones de terapia sistémica son escasas las veces en las que la persona tiene conciencia en ese momento de lo que ha ocurrido y no es hasta tiempo después que lo ocurrido se materializa en un nuevo orden de pensamientos, compresiones y emociones.

Cada uno se mueve en sincronía con su tempo y esto se traduce en horas, minutos y segundos únicos que cada uno debemos respetar para que las comprensiones lleguen y el cambio se produzca.

Aceptar esto se hace el gran ejercicio del camino del desarrollo personal. Percibir qué información nos trae cada momento, que nos da y que nos pide, para recién entonces poder actuar.

La repetición

Si repetimos algo lo hacemos con la fuerte intención de retrotraernos a algo del pasado, algo ya ocurrido, con la fantasía de que esta vez el cuento tenga el final que deseamos. Que casi nunca coincide con lo que verdaderamente ocurrió y nos cuesta tanto aceptar.

Tu bien sabes que nuestra escasa visión no alcanza a percibir que, en muchas ocasiones, la repetición viene de mucho, mucho más atrás que las historias que hayamos podido vivir. Generaciones y generaciones repiten patrones hasta que alguien en su estado adulto toma conciencia de ello. Asiente a lo ocurrido tal como fue e incluye en su corazón a todos los que sufrieron por la misma causa. Integrando así sin darse cuenta a aquellos olvidados o excluidos del suceso original que dio comienzo a la repetición.

En ese instante la palabra liberación cobra su real sentido

Me alegro profundamente que hayas tomado conciencia de tu repetición, del amor que ello implica y de los escasos beneficios que aportaba en tu vida. Estaba allí para algo y ahora que ha cumplido su función ira paulatinamente perdiendo fuerza.

El momento buscado

En silencio, disfruto y gozo cuando una persona después de un taller o sesion llega a ese tan preciado instante.

Como tú, dicen: – y ahora qué?

He vivido dando vueltas en círculos, dibujando cuidadosamente repetición tras repetición en mi vida. Este dibujo ha sido mi guion, mi seguridad, mi identidad.

Lo he comprendido ¿y ahora qué?

La incertidumbre

Cuando pasamos algún tiempo mirando al pasado, imitando o repitiendo y a partir de nuestras tomas de conciencia nos giramos hacía el frente…

Todo es nuevo, incierto, no escrito.

¡Es cierto produce vértigo!, como cuando nos enseñaron a andar en bicicleta. Primero un brazo fuerte nos sostenía mientras pedaleábamos sin cesar. Hasta que llegaba el momento temido y esperado a la vez

¡¡Nos soltaban!! ¡Nos liberaban!

¡Que adrenalina! Hay Hay hay!

Desde aquí cada uno escribe su historia

¿Qué mejor libertad que no tener guion?

¿Qué mejor oportunidad para la creación?

¡Cuánto tiempo hemos deseado ser espontáneos de verdad!

El adulto tiene una virtud que es la de reflexionar, lo que le permite tomar sus propias decisiones.

Ya sabes que hay una pregunta mágica que es:

¿Esto construye o destruye algo en mi vida?

Te invito a seguir usándola y dibujar las siguientes páginas de tu vida. Se que aquellos que tengan la oportunidad de compartir contigo un trozo de camino, disfrutaran de tu única e irrepetible luz.

Un fuerte abrazo

Gustavo

Comentario (2)

  • Dejar una respuesta

    × Contacta conmigo!