La mirada sistémica

La mirada sistémica va más allá de la figura del padre y la madre físicos. Nos invita a reconocer en nosotros la unión esencial entre lo masculino y lo femenino, aquella fusión perfecta que se inicia con la unión de un óvulo y un espermatozoide, ambos portadores de una historia transgeneracional. Desde esta perspectiva, siempre tendremos un padre que tomar y una madre que tomar, independientemente de la configuración familiar en la que crezcamos.

¿Cómo contempla la sistémica las nuevas estructuras familiares?

1. Padres o madres homosexuales

2. 
   La sistémica no se centra en la estructura de la familia, sino en el orden y equilibrio de las fuerzas que sostienen la vida. Más allá de la orientación sexual de los padres, cada persona lleva en sí la fusión de lo masculino y lo femenino desde su origen. Lo esencial es reconocer y tomar ambas energías, integrando a todas las figuras significativas que contribuyeron a la vida del constelado.

3. Inseminación sin un padre físico presente

4. 
   Aunque el padre biológico no esté en la vida del hijo, su existencia es innegable en su origen. La sistémica nos muestra que un donante de esperma no es solo un medio biológico, sino que representa una energía masculina que ha permitido la vida. Incluirlo, aunque no tenga un rol activo, ayuda a que la persona pueda sentirse en paz con su origen.

5. Padres adoptivos

6. 
   La adopción es un acto de amor e inclusión. Para la sistémica, los padres físicos representan el origen y los adoptivos la crianza. Ambos tienen un lugar en la vida del adoptado, y tomar ambos órdenes es esencial para su equilibrio interno. Honrar a quienes dieron la vida y a quienes la sostuvieron permite que la persona pueda avanzar con fuerza y pertenencia.

7.  

La sistémica nos habla de amor e inclusión, reconociendo a todos los actores que han hecho posible nuestra existencia. Cuando honramos e integramos todas estas fuerzas, podemos vivir plenamente nuestra propia historia.

Gustavo Javier santos